La situación de Miguel Herrera al frente de la selección de Costa Rica evidencia un enfoque conservador que ha generado opiniones divididas entre aficionados y expertos. Tras el empate sin goles contra Honduras, el director técnico mexicano buscó asegurarse un punto que le permita mantener vivas las esperanzas de clasificación al Mundial de 2026. Sin embargo, este planteamiento defensivo ha suscitado preguntas sobre la viabilidad de su estrategia a largo plazo.
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Contexto del Grupo 3
El Grupo 3 de la eliminatoria de la Concacaf presenta una competencia reñida, con Haití liderando con 5 puntos y un saldo de goles positivo (+3). Honduras también suma cinco unidades (+2), mientras que Costa Rica se encuentra en una posición crítica con solo tres puntos y Nicaragua en la cola con una unidad. Este panorama resalta la necesidad imperiosa de que los ticos no solo empaten, sino que busquen victorias en los próximos partidos.
Un Enfoque Defensivo
El 0-0 conseguido en el estadio Francisco Morazán dejó en evidencia una tendencia notable: la escuadra costarricense no logró mantener el balón, con menos del 30% de posesión. Esta cifra revela la intención de Herrera de evitar riesgos. Sin embargo, muchos analistas coinciden en que este enfoque puede resultar contraproducente. A largo plazo, la falta de un plan ofensivo claro podría costarles la clasificación.
Sacamos un punto importante en Honduras. Nos vemos el lunes en el Estadio Nacional 🙌
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— FCRF 🇨🇷 (@fedefutbolcrc) October 10, 2025
Durante los 90 minutos, Costa Rica solo logró un disparo a puerta, lo que refuerza la crítica hacia una estrategia que prioriza el resultado por encima del espectáculo. “Nos hubiera gustado llegar, no tranquilos, pero sí con la seguridad de que estamos haciendo bien las cosas”, comentó Herrera, reflejando la presión que siente el equipo en este momento crucial de la competición.
¡Encrucijada de la seleccion costarricense!
La pregunta que queda en el aire es si la afición y la federación costarricense tendrán la paciencia necesaria para seguir apostando por un estilo de juego que, por ahora, no parece dar resultados positivos. Con tres partidos restantes en esta ronda eliminatoria, la presión aumenta, y el margen de error se estrecha. Existen argumentos a favor de un cambio en la dirección estratégica del equipo, ya que el fútbol es un deporte donde la dinámica y la creatividad pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
En conclusión, la selección costarricense se encuentra en una encrucijada a medida que avanza la eliminatoria. La continuidad de Miguel Herrera al mando del equipo depende en gran medida de su capacidad para transformar el presente conservador en un ataque más audaz que permita alcanzar el objetivo del Mundial. La afición espera, ansiosa, un cambio que traiga no solo puntos, sino un retorno al fútbol ofensivo que caracterizaba la identidad costarricense.