Originario de Bernal, Gabriel Milito ha estado persiguiendo la perfección desde que tiene memoria, a pesar de que pueda parecer inalcanzable.
Su historia futbolística comenzó en la infancia, donde competía directamente con su hermano Diego, quien jugaba para el Racing Club. En la cancha, el lazo familiar se desdibujaba; Gabriel hacía todo lo posible por marcar a su hermano, ya que sentía que cada encuentro representaba no solo una batalla personal, sino una cuestión de orgullo.
Lesiones que se convirtieron en lecciones
A diferencia de Diego, Gabriel no solo enfrentó a rivales en el campo de juego, sino también sus propias lesiones, que lo atormentaron a lo largo de su carrera.
Sin embargo, en lugar de dejarse vencer por la frustración, decidió aprovechar el tiempo en el banquillo para estudiar a fondo cada táctica, cada jugada de los equipos contrarios.
Así, forjó un nuevo camino como entrenador, centrándose en la posición del balón como piedra angular para dominar los partidos. Su intelecto futbolístico fue clave para llevar al Atlético Mineiro a la Final de la Copa Libertadores y a conquistar el campeonato del Brasileirao.
¿Qué aprendió Milito en su paso por el Barcelona?
Muchos futbolistas argentinos emigran a Europa a una edad temprana, pero Gabriel tuvo la suerte de atraer la atención del Barcelona. Esa experiencia no fue solo un paso en su carrera, fue una lección de vida.
Aprendió sobre el “fútbol total” bajo el legado de Johan Cruyff, que dejó su huella en el deporte durante las décadas de 1970 y 2000. “Una de las cosas que aprendí de él es que la defensa se convierte en parte del ataque y viceversa”, compartió Milito en una conversación con Clank.
“Pep Guardiola, que es un ferviente defensor de la ofensiva, también es admirado por su solidez defensiva. Sus equipos son menos vulnerables porque asume riesgos que otros entrenadores no están dispuestos a tomar. Tácticamente, es el Messi de los entrenadores”, reflexionó con admiración.
Adiós anticipado de un guerrero
Josep Guardiola fue sin duda un maestro en su travesía hacia la dirección técnica. Después de dejar el campo, Milito se zambulló aún más en el estudio de la gestión deportiva, profundizando en las ideas de figuras como César Luis Menotti, José Pékerman y Marcelo Bielsa.
Reconoció que su experiencia como futbolista empezaba a desvanecerse debido a las lesiones persistentes. Con solo 31 años, se retiró en Independiente, lidiando con las secuelas de dos desgarradoras roturas de ligamento cruzado.
El legado que no pudo jugar
Curiosamente, incluso en sus momentos de gloria con el Barcelona, se sintió incapaz de celebrar su éxito. “Gaby Milito no está aquí con nosotros. No quiso salir, porque es un boludo”, bromeó Messi. Sin embargo, destacó que a pesar de su ausencia física, Milito siempre estuvo presente, apoyando al equipo en sus momentos más difíciles.
“Nací en Independiente, el Rey de Copas”, dijo Milito con orgullo. “Con siete Copas Libertadores, su legado no se puede cuestionar. Sin embargo, las paradojas del fútbol son crueles: no pude jugar en la Copa Libertadores a pesar de haberlo hecho todo por este club. La historia de Independiente es innegable, y aunque no pueda cambiar el pasado, llevaré su legado conmigo siempre.”
¿Cómo se traduce esta filosofía en el estilo de juego de Gabriel Milito?
Desde su debut como entrenador en 2015 con Estudiantes de la Plata, ha edificado un nombre en el fútbol argentino. Logró llevar al Atlético Mineiro a la Final de la Copa Libertadores y a conquistar el Brasileirao, registrando una efectividad del 50% en todos los equipos que ha dirigido, incluyendo Independiente, Club Deportivo O’Higgins y Argentinos Juniors.
“Los pases tienen que servir para algo”, explica Gabriel. “Puedes tener la posesión, pero si no atacas, no me interesa. Te puede servir para dominar, pero si no tienes idea de cómo usarla, es mejor que se la pase el rival”. Su enfoque prioriza la posesión, pero clarifica que no es suficiente si no se acompaña de un ataque efectivo.
“No obligo a nadie a hacer algo que no quiera, sino que busco convencerlos. Creo profundamente en lo que siento. No es la única manera de hacerlo, pero hay que trabajar y buscar esa conexión”, agregó, mostrando su filosofía de liderazgo.
Un nuevo capítulo en Guadalajara
Recientemente, Milito llegó a Guadalajara y fue anunciado como nuevo técnico, alimentando esperanzas en que su llegada revitalice el espíritu del equipo. En este nuevo capítulo de su carrera, todos están expectantes por ver cómo se traduce su visión y experiencia en la cancha americana.
