La reciente conquista del título de la Liga MX Femenil por parte del Pachuca trajo consigo una historia llena de emoción y camaradería entre sus figuras más emblemáticas: Charlyn Corral y Mónica Ocampo. Este triunfo no solo representa un hito para el equipo, sino un reflejo tangible de una amistad que se remonta a su infancia.
El inicio de una travesía en la Selección Mexicana
Desde que eran dos niñas que soñaban con el fútbol, el destino las unió, y ahora, como adultas, han tenido la oportunidad de levantar juntas un trofeo que también es un símbolo de sus años de esfuerzo y dedicación en el deporte.
Desde el inicio de su andanza futbolística, en 2006, cuando las ligas femeninas en México aún eran un anhelo distante, Charlyn y Mónica comenzaron a forjar su camino en la Selección Mexicana. Compartieron canchas durante años, creando recuerdos que van más allá de los partidos.
Caminos separados y reencuentro en el Pachuca
Aunque el destino las llevó por caminos diferentes Mónica continuando su carrera en México y Charlyn explorando oportunidades en Europa y Estados Unidos, el Pachuca logró reunirlas nuevamente.
Sin embargo, sus dinámicas cambiaron: Mónica se encuentra en el ocaso de su carrera, mientras que Charlyn ha emergido como una de las estrellas más brillantes del fútbol femenino.
La promesa cumplida en la final contra el América
Al final del crucial partido ante América, donde lograron la victoria y el histórico campeonato, Charlyn expresó su profundo agradecimiento y un sentido de compromiso hacia su amiga.
“La tercera fue la vencida; me había tocado perder dos finales, pero ahora esta la prometí a ‘Ocampirri’. Le dije ‘en esta voy a dar un extra por ti’; es mi mejor amiga, es la capitana, y hoy levantamos la Copa,” enfatizó, con una sonrisa que reflejaba tanto la alegría como la historia compartida.
Su camino juntos comenzó en el Mundial Sub-20 de 2006 en Rusia, un evento que marcó el inicio de una serie de competencias internacionales en las que ambas destacaron.
Corral, testigo de la hazaña de su amiga de anotar el mejor gol en la historia de los mundiales femeninos durante el torneo de Alemania 2011, ha sido una parte fundamental de los momentos cumbre de Ocampo.
El legado de una amistad en el deporte
Juntas participaron también en el Mundial de 2015 en Canadá y en los Juegos Centroamericanos de 2018, cada torneo consolidando su amistad y su fortaleza como jugadoras.
La reciente victoria del Pachuca no solo fue un logro en el campo, sino una validación del arduo trabajo y sacrificio que ambas han hecho a lo largo de sus carreras.
En las redes sociales, el sentimiento de nostalgia se apoderó de sus seguidores cuando compararon una imagen de ellas de pequeñas con la fotografía del campeonato.
Esta imagen simboliza no solo su crecimiento como jugadoras, sino también la esencia de su vínculo duradero en el mundo del deporte.
Más que campeonas: ¡Un ejemplo de perseverancia!
En este emocionante capítulo, Charlyn y Mónica no solo son campeonas; son un ejemplo de cómo la amistad y la perseverancia pueden llevar al triunfo, recordándonos a todos que detrás de cada éxito individual, a menudo hay una historia de apoyo, amor y compañerismo.
